La metodología educativa basada en la simulación clínica está en perfecta sintonía con el modelo educativo UNAB, ya que permite a los estudiantes reflexionar y aprender de su propia experiencia, proporcionando un nuevo modelo de aprendizaje y entrenamiento en el que se entrelazan conocimientos, habilidades y actitudes. Esta metodología mejora el proceso de toma de decisiones, la comunicación entre el equipo, la optimización de recursos y posibilita el error, ya que se cuenta con un ambiente protegido a diferencia de los contextos clínicos reales.
Para la universidad es muy importante que los estudiantes practiquen y puedan cometer errores en un ambiente de seguridad, de tal modo que cuando tengan que atender a pacientes reales cuenten con una mayor seguridad en sus decisiones y acciones.